Un contrato, ya sea expreso o tácito, es un acuerdo entre dos o más partes que se obligan, dentro de ciertos límites, a realizar o no hacer algo. Aunque puede existir en cualquier tipo de relación, no se limita a la relación laboral.
Contrato expreso
El contrato expreso es aquel en el que las partes manifiestan de forma clara y directa su consentimiento. El acuerdo puede ser verbal o escrito, pero en ambos casos, las condiciones y términos del contrato son claramente establecidos y acordados por todas las partes involucradas.
Es importante mencionar que, aunque los contratos verbales son legalmente válidos, pueden ser difíciles de probar en caso de disputa, por lo que es recomendable tener contratos escritos siempre que sea posible.
Por otro lado, el contrato tácito es aquel en el que el consentimiento se manifiesta por signos, hechos o conductas que permiten suponer la existencia de un acuerdo. No existe un documento escrito ni palabras expresadas que indiquen claramente el acuerdo, pero se infiere por las acciones de las partes.
Este tipo de contrato puede ser más complicado de probar en caso de litigio, ya que se basa en las acciones y no en un acuerdo explícito.
Por tanto, es esencial tener en cuenta que aunque un contrato tácito puede ser legalmente vinculante, es más difícil de hacer cumplir que un contrato expreso.
Dicho esto, los contratos tácitos y expresos no están necesariamente sometidos a lo que establece el Código de Trabajo. Este regula las relaciones laborales, pero no todos los contratos son laborales. Los contratos pueden abarcar una amplia gama de temas, desde la compra de una casa hasta la prestación de servicios profesionales, y cada uno estará sujeto a leyes y regulaciones diferentes.
Es crucial entender la naturaleza del contrato y las leyes aplicables a la hora de firmar o entrar en un acuerdo contractual, para garantizar que tus derechos y obligaciones estén claramente definidos y protegidos.
Si tienes alguna duda sobre la naturaleza de un contrato, siempre es recomendable buscar asesoramiento legal.
Contrato de trabajo verbal Vs contrato de trabajo tácito
Para poder entender las diferencias entre estos dos tipos de contratos laborales, primero debemos aclarar sus conceptos.
El contrato verbal de trabajo es aquel en el que las condiciones y términos del acuerdo laboral se establecen mediante una conversación entre las partes involucradas, sin que medie un documento escrito que formalice el acuerdo.
Aunque estos contratos son legalmente válidos, pueden ser difíciles de probar en caso de disputa, por lo que no son la opción más recomendable.
Por otro lado, el contrato tácito de trabajo se da cuando existe una relación laboral en la que no hay un acuerdo explícito, ni verbal ni escrito, pero que se puede deducir por el comportamiento de las partes.
Por ejemplo, una persona que trabaja para una empresa sin contrato escrito ni verbal, pero que recibe un salario regularmente y cumple con sus responsabilidades laborales, podría considerarse como un empleado bajo un contrato tácito.
A diferencia de un contrato verbal, en el cual sí hay un acuerdo y se discuten las condiciones laborales, un contrato tácito no tiene condiciones estipuladas de manera clara. Esto puede generar problemas a la hora de hacer valer los derechos de las partes involucradas, ya que no hay un sustento legal claro.
En muchos casos, los contratos tácitos pueden dar lugar a situaciones de explotación laboral, donde el empleado no tiene garantías ni una base legal para exigir un trato justo. Por este motivo, no son la opción más adecuada para establecer relaciones laborales.
Aunque el artículo 11 del Código de Trabajo menciona que los contratos laborales pueden ser expresos o tácitos, y escritos o verbales, es importante tener en cuenta que los contratos verbales y tácitos son conceptos distintos.
Mientras que el contrato verbal implica un acuerdo entre las partes aunque no esté escrito, el contrato tácito se basa en las acciones y no en un acuerdo explícito.
En el caso de trabajos por internet, es común encontrar situaciones en las que no existen contratos formales, lo cual puede generar problemas en cuanto a la protección de los derechos y obligaciones de los trabajadores y empleadores.
Por ello, es fundamental establecer acuerdos claros y preferiblemente escritos, que garanticen el cumplimiento de las condiciones laborales y eviten posibles conflictos legales.
Conclusiones
Al concluir esta discusión, es crucial tener en cuenta las diferencias y similitudes entre los contratos expresos y tácitos. Ambos son formas legítimas de establecer una relación laboral, pero tienen implicaciones diferentes en cuanto a la protección de los derechos del trabajador.
Es recomendable optar por un contrato escrito, ya que proporciona una base sólida para proteger los derechos del empleado. Los contratos escritos documentan claramente las condiciones laborales, incluyendo: salario, horario, obligaciones, beneficios y cualquier otra cláusula relevante. Esta documentación es invaluable en caso de disputas o malentendidos.
Los contratos verbales, una forma de contrato expreso, también establecen condiciones laborales, pero al no contar con un respaldo documental, pueden generar ambigüedades y dificultades para demostrar los términos acordados en caso de conflicto.
En cambio, los contratos tácitos se caracterizan por la ausencia de un acuerdo explícito, ya sea verbal o escrito. En estos casos, la relación laboral se infiere a partir de las conductas de las partes.
Aunque son legales en muchas jurisdicciones, estos contratos pueden presentar serios problemas en términos de protección laboral. Sin un acuerdo claramente definido, el trabajador puede quedar expuesto a la voluntad del empleador, sin posibilidad de reclamar derechos laborales tales como indemnizaciones o prestaciones.
Ante la posibilidad de trabajar bajo un contrato tácito, es recomendable considerarlo como una solución temporal mientras se buscan opciones de empleo con mayor seguridad laboral. La ausencia de un contrato formal puede limitar las oportunidades de desarrollo profesional y el acceso a beneficios laborales
En todos los casos, es esencial que el trabajador esté bien informado sobre los términos y condiciones de su relación laboral. Antes de aceptar cualquier oferta de empleo, es crucial analizar cuidadosamente el contrato, preferiblemente con la ayuda de un experto en derecho laboral.
De este modo, se pueden prevenir posibles conflictos y asegurar un entorno de trabajo justo y respetuoso con los derechos laborales.
Ahora bien, si deseas saber sobre otros contratos laborales o similares vamos a recomendar los siguientes enlaces, ellos complementarán la información leída: